Debido a la cantidad de de servicios profesionales asociados que tiene la organización de eventos, donde suelen colaboran infinidad de empresas muy diferenciados son multitud de circunstancias las que se pueden dar y que originen un daño personal, material o patrimonial y una pérdida económica para el responsable.
Entre los numerosos riesgos que se pueden dar caben destacar los siguientes:
- Incendios u explosiones.
- Accidentes por climatología adversa.
- Intoxicaciones alimentarias.
- Desperfectos instalaciones.
- Accidentes montaje y desmontaje de instalaciones.
- Riesgos instalaciones eléctricas.
- Aglomeraciones o estampidas.
- Robos o hurtos.
- Riesgos pirotécnicos.
- Riesgos de estructuras instaladas.
- Daños a materiales a los bienes del evento.
- Cancelaciones o retrasos.
- Pérdida de beneficios por cancelación.
Aunque la mejor manera de evitar cualquier tipo de siniestro es una minuciosa preparación y planificación del evento, siempre pueden producirse imprevistos que causen menoscabos económicos a los responsables.
La prudencia obliga por tanto a ser conscientes de dichas eventualidades, tomarlas en consideración como parte fundamental a la hora de organizar eventos y atajarlas con la contratación de los seguros adecuados para cada tipología de evento.